Flores y fruto de madroño |
DE LA SANGRE DE GERIÓN
Estesícoro de Himera cantó, allá por el siglo sexto antes de Cristo, la leyenda del rey Gerión (Geryoneis) cuyo tema que recogió Apolodoro (s. II a. C.) en su Biblioteca. A Hércules se le ordenó que se hiciera con los ganados de la isla de Gades, los famosos bueyes bermejos del rey tartéssico Gerión, que pintan los poetas griegos como monstruoso ser con tres cuerpos. Cerca plantará sus columnas Hércules para separar África (que entonces se llamaba Libia) de Europa.
El ganado de Gerión era pastoreado por Euritión y guardado por el perro bicéfalo Ortro. Al perro, sin venir a cuento, le dio Hércules con su maza sendos porrazos destrozando sus dos cabezas, después se cargó al pastor. Apercibido Gerión de los desmanes del griego, le enfrentó, parece ser que incluso le desarmó en larga pelea y Hércules se guareció en un bosque. Sobrevoló Gerión la floresta y Hércules le lanzó una flecha envenenada con la sangre de la Hidra que atravesó sus tres corazones y acabó con el rey.
Cuentan que de su sangre nació el madroño; otros dicen que un drago, que hasta identifican con el que se conserva en el jardín de la Facultad de Bellas Artes de Cádiz. En la Historia de España de Alfonso X el Sabio se dice que la cabeza de Gerión (por lo menos una de las tres) fue enterrada donde se levantó la Torre de Hércules en La Coruña.
Ya en la Antigüedad, Pompeyo Trogo afirmó que Gerión no fue un monstruo con tres cuerpos, sino tres hermanos que vivían en tal armonía que parecían movidos por una sola alma. Los poetas griegos, por gozarse en los hechos de sus gentes y halagar a sus héroes y generales difamaron a su antojo a otras naciones para engrandecer la suya, como critica con razón Boccaccio en su tratado De las mujeres ilustres. Y por eso dijeron que Gerión, rey de España, fue vencido por Hércules y que el rey de Tartessos tenía tres cuerpos y era triforme, para así hacerle pasar por monstruo horrible y embellecer lo que no fue más que un latrocinio de Hércules, que se llevó con violencia y sin pagar un dracma los hermosos bueyes rojos de Gerión a Italia.
Hasta nuestro Enrique de Villena cayó en la trampa. Aunque sustituye en Los doze trabajos de Hércules (h. 1417) el asunto principal del décimo, que suele ser el robo de los ganados de Gerión, por la eliminación de Caco, feroz ladrón centauro hijo de Vulcano y troglodita en el monte Aventino, entiende Villena que Gerión simboliza la obstinación y dureza de un mal gobernante al que el virtuoso Hércules domó, corrigió y dejó ileso.
No hay mal que por bien no venga, así que del robo, del canicidio, más el doble asesinato de Euritión y Gerión (cuádruple homicidio) perpetrados por Hércules, nos quedó el madroño, de la sangre del rey de Tartessos.
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