domingo, 30 de mayo de 2021

BITUMINARIA BITUMINOSA

Inflorescencia de Bituminaria bituminosa, 24 mayo 2019



Tanto el nombre del género como el de la especie refieren al olor de betún que exuda esta fabácea. Linneo la describió como 
Psoralea bituminosaEs nativa de la cuenca Mediterránea y las islas Canarias. Tiene muchos nombres populares: betunera, hierba cabruna (seguramente porque se plantó o usó para forraje), trébol hediondo... 

Sus Hojas son las que huelen a petróleo, imparipinnadas con 3 folíolos peciolados; folíolos de formas muy variables y provistos de pelos y glándulas.

Se tuvo por planta venenosa, pero de ella se obtienen en la actualidad compuestos de interés farmacéutico. Lo que no mata engorda. Además, estabiliza suelos contaminados por metales pesados o degradados. 

3 de junio 2007


Los canarios, que cuentan con una variedad endémica, la usaron triturada para cortar hemorragias. Y las florecillas de esta leguminosa, sobre largo pedúnculo, de corola azul-violeta, raramente púrpuras, tienen su encanto, también para la mariposa golosa que aparece abajo libando en ellas: Lampides boeticus.


15 junio 2019


sábado, 29 de mayo de 2021

AJOS SILVESTRES

"Amanece". Foto J. Biedma, 24 mayo 2019. Cerro del Tesorero.

 El género Allium de los ajos silvestres está representado en el Santo Reino de Jaén por una docena de especies, las más frecuentes son plantas arvenses del olivar o de los pastizales terofíticos (de hierbas anuales) y matorrales cercanos.


Allium ampeloprasum. Ajo porro, 31 mayo 2006.

Allium ampeloprasum, el ajo porro dispone una inflorescencia globular muy característica con multitud de flores blancas, rosadas o purpúreas. La ancha espata que recubre las flores se desprende como una sábana o como una máscara.

Allium neapolitanum


Allium neopolitanum (= albidum) es más prolífico que su hermano, Allium roseum, que es más exclusivo y tardío. Al primero le llaman Cirillo y es una de las especies más abundantes en Jaén, las anteras de sus flores son verdosas, mientras que en la inflorescencia umbeliforme del ajo rosado las anteras son amarillas. Si arrancas a cirillo por las hojas te quedarás en la mano con una sustancia mucilaginosa de olor desagradable.


Allium roseum L. Ajo rosado, 23 abril 2020.

Los ajos son liliáceas. En La flora de Jaén (2006) de Damián Casado y Carlos Fernández se confunde al ajo porro (A. ampeloprasum) con el A. roseum. De uno de los dos, deduzco, se dice que se usó contra la inapetencia infantil y como alimento animal (forraje) y humano.

A los ajos silvestres acuden una multitud de insectos:

Himenóptero de la familia Crabronidae, tal vez del género Cerceris,
13 junio 2009. Tejadillos.
 

viernes, 28 de mayo de 2021

ACIANO

Centaurea cyanus, 24 mayo 2019



CENTAUREA CYANUS

Centaurea es un género prolífico con una treintena de especies en el Santo Reino de Jaén, algunas endémicas (C. jaennensis Degen & Debeaux, C. granatensis Boiss., C. citricolor Font Quer...). Lo más cacteristico de este género son las brácteas pinnatíficas que cubren el capítulo floral, que pueden acabar en una espina. 




La primera vez que me topé con esta bellísima flor en la Loma de Úbeda fue un 24 de Mayo, día de María Auxiliadora y de mi cumpleaños. Aunque también se la llamó "flor celeste andaluza" es más frecuente en el norte de la península, natural en los campos de cereal, pero tierras de pan quedan en nuestros cerros cada vez menos. Por suerte es capaz de vivir en herbazales, bosques y bordes de caminos.



Europea, esta asterácea o compuesta viajó a América con las semillas de cereales. Los argentinos le llaman "amor porteño". También se la cultiva como ornamental por la belleza y color de sus flósculos periféricos, y como medicinal se recolectan sus flores aisladas, secas en tisana sirven de estimulante y diurético. Su pigmento cian se usa en cosmética. Es planta melífera, o sea, que gusta a las abejas. Y existe una variedad de aciano blanco.

En su manual sobre Las plantas del olivar giennense (2020) Rufino Nieto no recoge C. Cyanus, las imágenes que más se le acercan son las de C, depressa y C. triumfetti. La encontré en el herbazal de un barbecho próximo a Úbeda. Así la describí para Fotografía y Biodiversidad, donde aún no han confirmado la identidad de la flor: "Los flósculos perífericos, estériles, de color azul intenso prácticamente 2 veces más grandes (20-25 mm) y vistosos que los interiores (10-15 mm), de un azul-violáceo más profundo.

ALADIERNO

Rhamnus alaternus en flor, 2 de abril del 2021


Rhamnus alaternus

Sé tú como el ALADIERNO: su forma es tremendamente variable, puede vivir como arbusto achaparrado de ramas retorcidas y tortuosas, o convertirse en arbolillo elegante con brazos largos y rectos, y aún medra como matilla humilde pegada a la roca.

Sus mismas hojas alternas, lampiñas, coriáceas y lustrosas, pueden mutar de tamaño y forma: lanceoladas, ovadas o elípticas, con margen entero o dentado. Y las flores, masculinas o femeninas, nacen de plantas diferentes, con cinco o cuatro sépalos. Hasta el fruto cambia de color, del rojo al negro, con tres huesecillos y poca carne. Y puede usarse con precaución como laxante.

Pues es de aquí, de los Cerros de Úbeda, sería razonable y barato que lo usáramos como seto o arbolillo de jardín en lugar de importar especies exóticas que a veces portan bichos extraños y peligrosos, como el narigudo (un gorgojo asesino) que le ha mustiado a mi madre su palmera del alma. El florecido es de abril, el de los frutos, aún inmaduros, de mayo. Loma de Úbeda.

Rhamnus alaternus conocido popularmente como aladierna, aladierno​, alaterno, chaparro mesto o sanguino, es un pequeño árbol o matorral dioico de hoja perenne, dura y de envés lustroso. Su pariente R. oleoides, espino negro, es el más escaso de las cuatro especies que se dan en el olivar del Santo Reino. Las otras dos son Rh. lycioides, también llamado espino negro, y Rh. myrtifolius (carrasquilla).

Aladierno con fruto, 3 de junio del 2018.


En las alturas de las sierras de Cazorla y Segura, normalmente a partir de los 1.300 metros según Rufino Nieto*, se encuentran Rh. alpinus, Rh. saxatilis y Rh. pumilus, ninguna de estas tres especies medran en olivares.

Nota
(*) Rufino Nieto Ojeda. Plantas del olivar giennese y su entorno, editado en Cazorla e impreso en Gráficas La Paz de Torredonjimeno, 2020.



jueves, 27 de mayo de 2021

FRESAS EN FLOR


Flor de fresa (23 septiembre 2020)

Dulce esperanza. La flor promete el fruto y lo será.

En sentido estricto, la fresa no es una fruta, sus frutos son las diminutas pepitas que le recubren (aquenios). Esa carne deliciosa de sabor tan característico es una extensión del pedúnculo floral hecho crecer por las hormonas que secretan los aquenios. O sea, ¡nos comemos la flor hecha pulpa!

Las fresas de nuestros mercados son el resultado de un largo y fatigoso trabajo de jardineros, hortelanos y botánicos. Hacia el siglo XIII no había más que fresas salvajes, tan diminutas que se encargaba a los niños su recolección en el bosque.

Un capitán saboyano trajo a Europa en 1714 fresones de Chile, origen de la mayoría de fresas actuales. ¡Asombra saber que dicho capitán se llamaba Amédée François FRÉZIER! En su nombre se hallaba inscrito un destino.


7 de marzo 2020


De la familia de las rosáceas, las especies cultivadas de fresa son híbridos que dan frutos de mayor tamaño (fresones) que la de bosque silvestre (Fragaria vesca). La flor es hermafrodita con sobrecáliz: 5 pétalos blancos, 5 sépalos y 5 estípulas.
Los valores nutritivos de las fresas son extraordinarios. Contienen minerales, vitaminas, antioxidantes..., y no engordan, pero no son aconsejables para criaturas menores de 18 meses porque son alergénicas, ni en personas con propensión al "mal de la piedra".
Las crío casi a la sombra en una cacerola vieja, de esas que llamábamos de "porcelana" y son de hierro esmaltado. Ahora se han puesto de moda (vintage) con sus desconchones y todo. La matita rastrera me da pocas fresas, pero exquisitas, me recuerdan aquellas de Aranjuez, tan preciadas, y me saben a gloria.

En la primavera ya cuajada de mayo he recibido este regalo de mi amigo el excelente poeta Antonio Carvajal, linda copla sobre la flor de la fresa, "nieve con sol", ¡y traducida al japonés! Con su permiso os la comparto:



martes, 18 de mayo de 2021

SALAMANDRA

 

Foto de Antonio Berlanga Mnez.. Prados de Armijo (Jaén), 2008.


Lo dejó escrito el humanista murciano Cascales en una de sus cartas al canónigo de Lorca: la salamandra es vivo ejemplo o símbolo de que no todo lo que arde se consume. Así el amor, fuego productivo, magia natural que aprendimos de los ángeles buenos. A una magia más artificiosa perteneció la esfera de Posidonio, la culebra de alambre de Boecio, que silbaba, o las aves que el mismo sabio romano labró, que cantaban.

La salamandra no es un lagarto aunque lo parezca, sino un anfibio urodelo, el urodelo más común en Europa, anfibio terrestre, amigo de los ambientes húmedos pero que sólo entra en el agua para parir. Uno no se explica cómo ha sido elevada por la imaginación humana desde antiguo a la categoría de fantástico dragón, habitante del fuego y con poderes sobrenaturales.

Plinio el Viejo cuenta que la salamandra apaga el fuego a su antojo, puede vivir en el fuego y hasta baila en medio de las llamas. Según Claudio Eliano, vive entre quienes trabajan en las fraguas y estos echan la culpa al bichejo si languidece el fuego. La magia y alquimia de finales del Medievo le otorgó el papel de elemental, esto es, custodio del elemento fuego por decisión divina, espíritu de la llama

Así, para el médico Paracelso (1493-1541), los seres elementales como la salamandra no tienen alma, pero tampoco son espíritus, porque mueren y los espíritus no mueren. No obstante, no son simples animales, porque hablan y ríen. Superiores a los hombres porque son insecuestrables, como espíritus libres. Cristo no ha podido redimirlos. Los seres elementales son la imagen grosera del hombre, como el hombre es la imagen grosera de Dios. Para ser hombres les falta alma, pero viven honradamente por mero instinto.

Cyrano de Bergerac pinta a la salamandra como una furiosa bestia, fría y sin embargo fogosa: "De los ojos de la salamandra brotaba, en cada mirada de cólera que disparaba contra su enemigo, una luz roja que parecía encender el aire: al volar, sudaba aceite hirviente y orinaba ácidos" (El otro mundo).

Hoy es poco probable que veamos volar a una salamandra, de carne y hueso, por decirlo así. Se le atribuyeron tales poderes que se pusieron por escrito recomendaciones para librarse o protegerse de ellas. Imprescindible, un círculo mágico y en él una serie de regalos que se le ofrecen según sus preferencias: hierro, cobre, jaspe, esmeraldas, corales, faisanes, perdices y palomas. También es necesario que dentro del círculo mágico trazado tierra, a ser posible con una espada mágica aunque vale un palo, se pronuncie una oración con vehemencia y mirando al sur, una prerrogativa que se dirige al elemento Fuego: 

"¡Oh, fuego centelleante! Ahí te iluminas a ti mismo con todo el esplendor que sale de tu esencia, de los arroyos de luz que nutren tu espíritu infinito, etc.". La oración concluye con una súplica: "Deja que las salamandras se lleven las humildes ofrendas y protejan mi casa austral para siempre, ¡Oh, rey elemental!".

Al tercer día de la creación surge en primer lugar el fuego, el elemento más sutil. No se trata según Fludd del "fuego invisible" de los alquimistas, sino de un fuego material que Paracelso califica de "tenebroso", y que produce la descomposición de todo lo viviente. Para el alquimista teutón, la vida es un proceso de combustión. (Robert Fludd, Utriusque Cosmi, I, Oppenheim, 1617).

La oración anterior podría haberla suscrito, al menos en parte, el príncipe melancólico de Éfeso, Heráclito el obscuro, o un seguidor de Zenón de Citio, porque los estoicos igual pensaron, como el efesio, al fuego como elemento primero, como si fuese lo que hoy llamamos Big Bang o Gran Explosión creadora y, también, dado su efecto purificador y destructivo, en fuego creían que concluiría todo, en una gran conflagración universal.

Se espera que la salamandra obedezca ciegamente a su elemento Fuego y luego del exhorto y los regalos -que no se sabrá dónde han ido ni en qué manitas han quedado- manifestarán su obediencia con un crepitar de la hoguera, un soplo extraño en la chimenea, un ruido en la madera, como un quejido inaudito.

Foto Antonio Berlanga Mnez. Otoño 2008,
cerca de Prados de Armijo (Jaén).

También es posible desinfectar la casa de salamandras, si ello fuese necesario, que es raro porque cada vez quedan menos en nuestros bosques y montes, usando azafrán, materia esta que se opone al azufre propio de las salamandras. Pero por lo menos el azafrán desparramado será reutilizable en la cocina y, si ha estado en contacto con los efluvios de la salamandra, acelerará la cocción de los alimentos.


domingo, 16 de mayo de 2021

PANDORA

 

Argynnis pandora, 17 de julio del 2018

Pandora fue la primera mujer, según la mitología griega, la Eva helena, el instrumento de una venganza de Zeus contra la raza humana. Este relato es aún más misógino y desconsiderado con el sexo femenino que el que hace nacer a Eva de la costilla de Adán en el Génesis bíblico. En una nota del primer capítulo de su libro La condicion humana (1958), Hannah Arend afirma que es muy característico de la diferencia entre la enseñanza de Jesús de Nazaret y la de san Pablo el hecho de que Jesús, al discutir la relación entre hombre y mujer, se refiere a Genesis, I. 27: «¿No habéis leído que al principio el Creador los hizo varón y hembra?» (Mt., XIX. 4), mientras que san Pablo en una ocasión similar insiste en que la mujer se creó "del hombre" y de ahí "para el hombre", si bien atenúa en cierto modo la diferencia: "ni la mujer sin el varón ni el varón sin la mujer".

De Pandora se cuenta por lo menos que Hefesto, por encargo de Zeus, modeló con arcilla a la mujer primera "a imagen de las diosas". Atenea la viste, las Gracias la enjoyan, las Horas la cubren de flores, Afrodita le regala su belleza y, por último, Hermes le confiere un ingenio maligno, una astucia especial para el mal.

Zeus insufla vida a la figura formada por el dios artesano y la envía como regalito al gigante Epimeteo, el hermano de Prometeo, del que quiere vengarse también por haber regalado el fuego a los hombres, a los que por lo visto no les va mal hasta entonces solos, sin mujeres. Prometeo le había prohibido a su hermano recibir ningún don de Zeus, recelando que fuese caballo de Troya, pero Epimeteo sucumbe a los encantos de Pandora, se enamora y se casa con ella.

Cuenta Hesíodo que Prometeo, amigo de los hombres, había capturado todos los males y los había encerrado en una vasija, pero que su cuñada Pandora, de curiosidad insaciable, la abrió y todos los males se esparcieron por la Tierra. Cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo cerró la tapa, pero sólo quedó dentro la esperanza, que con sus consejos falaces e ilusas fantasías nos impide el suicidio.

Otra versión cuenta que en realidad la caja de Pandora no contenía los males sino los bienes y que la curiosidad de Pandora abrió la caja antes de ser entregada a sus destinatarios los hombres, por lo que todos los bienes escaparon como pompas de jabón hacia el cielo, excepto la esperanza. Sorprende el contraste que ambos versiones ofrecen sobre esta virtud que el cristianismo tiene también por divina y teologal: la esperanza o confiada espera. En el primer caso la esperanza es una especie de fantasía ilusoria y engañosa; en el segundo, una excelencia moral.

Pirra, hija de Epimeteo y Pandora, tuvo con Deucalión una hija a la que puso también el nombre de Pandora en honor de la abuela.


Macho de Argynnis pandora. Visibles las líneas plateadas
de las androconias en las alas delanteras, dos en cada ala. 7 junio 2014.


Los entomólogos, seguramente por estética, han acostumbrado poner nombres bonitos a las mariposas: de diosas, heroínas, bellezones o héroes antiguos, y eso a pesar de que todas, en sus primeros estadios, fueron gusanos, aunque a veces estos también pueden presumir de diseños fabulosos y coloristas.

Pandora o, más rigurosa y científicamente, Argynnis pandora, es una mariposa grande, de las más hermosas que vuelan por Europa, tiene una hermana muy parecida, la especie A. paphia, llamada popularmente Nacarada, con la que se confunde fácilmente. Arginis es un sobrenombre de la diosa Afrodita (de Argos) y Pafia, diosa de Pafos, fue plañidera en la muerte de Adonis. Ambas especies pertenecen a la familia Nymphalidae, que lleva el nombre de las ninfas, deidades secundarias femeninas asociadas a "lugares amenos": arroyos, manantiales, arboledas, florestas...

Aquí tenemos al lepidóptero pandora libando en la flor compuesta de Mantisalca salmantica, la "hierba de las escobas" porque con ella se fabricaban las "escobas de rama", que siguen usándose en la actualidad en el ámbito rural del Santo Reino. Y es un macho. ¿Por qué lo sé?


Argynnis pandora macho libando en una compuesta de Mantisalca salmántica

Se llaman androconias las venas plateadas (V2 y V3) con escamas androconiales que exudan feromonas en las alas de los machos, para atraer a las hembras. Bien dibujadas en estas fotos. Además, las hembras son más grandes, tienen medio centímetro más de envergadura que los machos. Es curioso que sean los machos los que cuentan con perfume natural, cuando en los insectos suelen ser las feromonas femeninas las que atraen, a veces desde largas distancias en las falenas o mariposas nocturnas, a los machos. 

La pandora es de hábitos diurnos (ropalócera) y especie univoltina (una sola generación al año), que vuela desde finales de mayo hasta finales de septiembre. Le gusta descansar en el envés de las hojas de olmos y almeces.

Copulan en agosto, tras un complejo cortejo aéreo. La hembra deposita entre 1400 y 2000 huevos en la planta nutricia, principalmente violetas o en la vegetación próxima, durante una quincena aproximadamente. Antes del invierno, las orugas eclosionan e invernan. En primavera abandonan su refugio y buscan su planta nutricia principal, violetas o pensamientos silvestres.​ En la segunda mitad de la primavera forman crisálidas y a principios del verano emerge el adulto.


Reverso alar de Argynnis pandora,
verde oro y rojo cadmio con puntos negros, algunos con pseudopupilas blancas.
Fotografía cortesía de Blanca Gómez González.



Son potentes voladores, rápidas y nerviosas, y puede vérselas por encima de los árboles surcando el aire a toda velocidad.


Bonita ilustración de Argynnis paphia, su oruga y la planta hospedante (viola).
Como  puede verse falta el rojo cadmio que distingue a pandora.



jueves, 13 de mayo de 2021

SÍRFIDO EN VUELO




En el bosque un disparo de Sol
penetra entre las ramas
y toca al sírfido, que inmóvil
alto brilla y se cierne
y en lo invisible bate alas,
silfo elemental del aire.

Bien en oro bello resplandece.

Luego se abre al claro
a la velocidad del rayo
buscando la flor amiga,
astro cercano.

Episyrphus balteatus, todavía en vuelo (Diptera)


sábado, 1 de mayo de 2021

MADROÑO

 

Flores y fruto de madroño

 DE LA SANGRE DE GERIÓN

Estesícoro de Himera cantó, allá por el siglo sexto antes de Cristo, la leyenda del rey Gerión (Geryoneis) cuyo tema que recogió Apolodoro (s. II a. C.) en su Biblioteca. A Hércules se le ordenó que se hiciera con los ganados de la isla de Gades, los famosos bueyes bermejos del rey tartéssico Gerión, que pintan los poetas griegos como monstruoso ser con tres cuerpos. Cerca plantará sus columnas Hércules para separar África (que entonces se llamaba Libia) de Europa.

El ganado de Gerión era pastoreado por Euritión y guardado por el perro bicéfalo Ortro. Al perro, sin venir a cuento, le dio Hércules con su maza sendos porrazos destrozando sus dos cabezas, después se cargó al pastor. Apercibido Gerión de los desmanes del griego, le enfrentó, parece ser que incluso le desarmó en larga pelea y Hércules se guareció en un bosque. Sobrevoló Gerión la floresta y Hércules le lanzó una flecha envenenada con la sangre de la Hidra que atravesó sus tres corazones y acabó con el rey.

Cuentan que de su sangre nació el madroño; otros dicen que un drago, que hasta identifican con el que se conserva en el jardín de la Facultad de Bellas Artes de Cádiz. En la Historia de España de Alfonso X el Sabio se dice que la cabeza de Gerión (por lo menos una de las tres) fue enterrada donde se levantó la Torre de Hércules en La Coruña. 

Ya en la Antigüedad, Pompeyo Trogo afirmó que Gerión no fue un monstruo con tres cuerpos, sino tres hermanos que vivían en tal armonía que parecían movidos por una sola alma. Los poetas griegos, por gozarse en los hechos de sus gentes y halagar a sus héroes y generales difamaron a su antojo a otras naciones para engrandecer la suya, como critica con razón Boccaccio en su tratado De las mujeres ilustres. Y por eso dijeron que Gerión, rey de España, fue vencido por Hércules y que el rey de Tartessos tenía tres cuerpos y era triforme, para así hacerle pasar por monstruo horrible y embellecer lo que no fue más que un latrocinio de Hércules, que se llevó con violencia y sin pagar un dracma los hermosos bueyes rojos de Gerión a Italia.

Hasta nuestro Enrique de Villena cayó en la trampa. Aunque sustituye en Los doze trabajos de Hércules (h. 1417) el asunto principal del décimo, que suele ser el robo de los ganados de Gerión, por la eliminación de Caco, feroz ladrón centauro hijo de Vulcano y troglodita en el monte Aventino, entiende Villena que Gerión simboliza la obstinación y dureza de un mal gobernante al que el virtuoso Hércules domó, corrigió y dejó ileso.

No hay mal que por bien no venga, así que del robo, del canicidio, más el doble asesinato de Euritión y Gerión (cuádruple homicidio) perpetrados por Hércules, nos quedó el madroño, de la sangre del rey de Tartessos.