domingo, 13 de junio de 2021

PECECILLOS DE PLATA



Antes se agrupaba a estos antiquísimos insectos, Lepisma saccharina, en el orden de los Tisanuros (Thysanura) con otros bichos que ni siquiera se consideran hoy insectos. Actualmente pertenecen al orden de los Zygentoma.

En su novela El antropoide (Candaya, 2021), Fernando Parra Nogueras (Tarragona, 1978), crítico literario y profesor de origen jiennense, le dedica su capítulo treinta y dos a esta especie cosmopolita. 

Se imagina a los pececillos de plata caminando por Central Park luciendo sus tres colas, sus antenas Ray Ban y sus escamas argentadas, que también brillan doradas y sólo aparecen cuando ya han hecho su tercera muda. Un pececillo de plata puede mudar de piel hasta cuatro veces al año. Ni los actores e hipócritas más consumados pueden obrar este milagro.

Huyen de la luz y se alimentan a veces con la cola de encuadernación de los libros o también de papel vetusto. También de cabellos, caspa y escamas de piel humana, entre otras sustancias y detritos. Hay indicios de que incluso devoran la silicona con que sellamos inodoros, platos de ducha y bañeras.

Lepisma saccharina

No copulan. El macho -según Fernando, que se ha informado en la Wikipedia- fabrica un espermatóforo que hace pender de un hilo desde algún objeto vertical y luego corteja a su pareja conduciéndola amablemente hasta el lugar donde se halla la cápsula, que ella misma introduce en su abertura genital. La hembra puede depositar hasta cien huevos.

Al desquiciado protagonista de la novela de Fernando le repugnan y aplasta a estas singulares criaturas sin compasión, eso cuando puede... Afirma que "dejan un cadáver seco, como una raspa, que recoge con suma aprensión en una servilleta". 

Eduardo es un intelectual que sólo siente la pulsión de la vida en la bragueta y no la compadece en unos seres tan inocuos y delicados. De todos modos, "no deja de sorprenderle cuánto se parece él a estos insectos", pues también él es un animal nocturno que devora libros. Igualmente se oculta en las hendiduras de la noche y también muda de piel, piel que esparce por toda la casa y se comen los pececillos de plata. "Él los alimenta".


No hay comentarios:

Publicar un comentario