martes, 16 de noviembre de 2021

POLILLA DE LA VID

 

Lobesia brotana, la polilla de la vid

Andar campo observando bichos y afotándolos da sus satisfacciones. En el año 2010 colgué a esta polilla (un tortrícido) en el Insectarium Virtual de Fotografía y Biodiversidad, el mejor proyecto colectivo para el conocimiento de la biodiversidad hispana. Los expertos la identificaron enseguida: Lobesia botrana, la polilla de la vid, bella y peligrosa. 

Hice la foto en el término de Úbeda, hacia La Torre (Torreperogil), donde antaño en lugar de olivas se criaban cepas de uvas, y todavía en los padrones sobreviven algunas parras asalvajadas.

Mismo ejemplar

El caso es que la fotografía le gustó tanto a Ana Campusano, funcionaria chilena del ministerio de Agricultura, que me pidió permiso para usarla en los catálogos para viticultores de su País, donde es considerada una peligrosa plaga de origen europeo. 

Un buen ejemplo de que la Red de redes ha salvado también, como Lobesia botrana, el océano Atlántico. Y allí está mi foto, en la página del Servicio Agrícola y Ganadero de Chile:
http://www.sag.gob.cl/.../lobesia-botrana-o-polilla-del...

A esta mariposa se le llama también "polilla del racimo" o "arañuela de la vid". Las larvas se alimentan de los racimos en cualquiera de sus estadios de desarrollo, sean botones florales, bayas inmaduras o uvas. Procedente del sur de Italia, la Polilla del racimo se ha extendido por todos los cultivos, desde Japón a África y a Sudamérica. Es España es la plaga principal que hay que combatir cada temporada en las zonas vitícolas, sobre todo en las regiones costeras mediterráneas.

Al gusano se le llama también "hilandera de la vid". Lo peor de sus ataques es que favorecen la entrada de hongos como Botrytis, que pudren los racimos. La previsión de la plaga se monitoriza mediante feromonas. Las técnicas de confundir sexualmente a los imagos con feromonas resultan eficaces y recomendadas para el cultivo ecológico.

El insecto pasa el invierno como crisálida bajo la corteza de las cepas. En primavera aparecen los adultos que no viven más que doce días. Las hembras fecundadas ponen huevos planos y amarillentos que luego son grises y traslúcidos. Una segunda generación emerge en junio julio, pudiendo ser la más destructiva. Pero son capaces de producir una tercera y hasta una cuarta en septiembre y octubre.

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