LAURO NOBILIS
Del nombre del laurel viene el adjetivo "laureado" con el sentido de premiado, por la costumbre clásica de coronar con laurel, árbol de Apolo, padre de las Musas, a los vencedores olímpicos.
Arbusto o árbol mediterráneo, los hay machos y hembras. O sea, es planta dioica. Las especies más antiguas lo son.
Las flores masculinas, como las de la foto de arriba, tienen de ocho a doce estambres con dos nectarios cada uno y un gineceo atrofiado. Las femeninas poseen dos o cuatro falsos estambres (estaminodios) y un ovario con cuello corto y grueso (estilo) y boca poligonal (estigma).
Los frutos son bayas negras cuando maduran en otoño con el tamaño de aceitunas. Los de la foto son de 28 de noviembre, obviamente de un laurel hembra, ya se ven los capullos de sus futuras flores primaverales.
Las hojas de laurel arden bien incluso verdes. Los griegos le atribuían al humo efecto purificador y psicodélico.
El laurel soporta bien la poda, pero aguanta mal las fuertes heladas.
Lo de "quien planta un laurel no lo ve crecer" es un mal agüero. Si cuenta con agua suficiente y buena tierra se hace árbol en poco. Su principal enemigo son cochinillas y pulgones. A veces sobre la melaza de las cochinillas crecen hongos negros que afean su tronco.
En el Albaicín granadino se sigue apreciando su madera para trabajos de taracea y marquetería.
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