Estuvo de Dios que diéramos un bonito paseo por el Quejigal el 16 de presente mes de mayo o, por ser más preciso, un garbeo desde San Bartolomé al Quejigal. Este es uno de los pocos bosques autóctonos del Santo Reino. No obstante, es triste ver los hermosos y centenarios quejigos semiahogados por la "lujuriosa yedra", que trepa por ellos sin consideración a los años ni el respeto debido a la veteranía. Algo habría que hacer al respecto, pero nadie mueve una tijera.
Después de las lluvias, el campo agradece. "Te espero como a agua de mayo", claman los quejigos (Quercus faginea), pero apenas da el agua de nuestra primavera para borrajas o, como dice mi amigo Lykofrán –que se crió en San Sebastián–, en el Santo Reino llueve sin ganas, pero si llueve, y aunque no llueva, este bosquezuelo del Quejigal, lo que va quedando de él, es gloria de sombra y sueño y reserva de vida silvestre, que es la que a mí me mola. Cantan los pájaros, sobre todo mirlos en celo, mas otros raros y escondidizos que se ocultan entre la abundante y fresca vegetación.
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Frutitos del Alium album (ajo silvestre) |
Busco los claros de este bosque como María Zambrano, claro de fraga donde se intuye que un dios ha huido o no ha llegado todavía...
"El claro del bosque es un centro en el que no siempre es posible entrar... Es otro reino que un alma habita y guarda".
Saca partido la mística malagueña a la analogía entre el claro de bosque y el templo.
"Un templo, mas hecho por sí mismo, por 'Él', por 'Ella' o por 'Ello'".
¡Vaya, con "perspectiva de género y sin ser feminista! Y echando de menos al Padre, ¡original la discípula díscola de Ortega! La presencia que allí se vislumbra, en el claro, se desvanece si se la acosa. Uno firma tregua con el deseo de dominio, tregua para contemplar y concebir silenciosamente, buscando el éxtasis.
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¡Qué pena que no sobrevivan más majuelos por nuestros caminos! |
No hay muchos insectos, escasas mariposas; todavía no ha apretado la calor; los artrópodos son frioleros; menos, las arañas, y aún he visto correr por el olivar un escarabajo tigre mientras helaba en enero. Estoy convencido de que la cicindela lleva en sus venas anticongelante, de fábrica.
En las umbrías aún sirve la rebequilla... Hago digresión filológica: "Rebeca" es nombre hebreo de mujer que significa lazo, atado, pero el nombre de la prenda se debe a la película "Rebeca" de Alfred Hitchcock (1940), basada en la novela de Daphne du Maurier, interpretada por Joan Fontaine, que usaba este tipo de chaqueta de punto, que rápidamente se popularizó (cierro digresión).
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Recién abiertas las corolas de la lengua de perro (Cynoglossum creticum) |
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Frutos del diente de león |
Estanislao Lem, el genial matemático y cuentista polaco, usa la metáfora del "convoluto" fructífero del diente de león para significar efectos astrales: un ligerísimo aire de primavera, el céfiro, hace saltar los vilanos y los dispersa por el campo, como la radiación de la explosión de una supernova altera la composición de planetas de un sol mediano.
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A esta la pillé en vuelo. La velocidad de disparo es inferior al movimiento de sus alas, por eso desaparecen, no sólo a mi vista, sino incluso a la vista más precisa de la Pentax.
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Centaura sp. |
No abundan las centauras (supra). En las corolas de las amapolas suelen descansar las abejas (andrenas y euceras de largas antenas, sobre todo), en esta estación del año, algunas visten abrigos rubios.
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Un macho de licénida, estrenando celo y alas |
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Oedemera simplex, hembra, libando en una correhuela (Convolvulus arvensis) |
Oedemera simplex es un escarabajo muy frecuente en la Loma de Úbeda en esta época del año, lo he visto también en las alcachoferas o alcaucileras. Es curioso que esta especie no cuente con ficha en la Wikipedia. Pedro Romero da su etimología en Animalandia:
Oedemera: {gr, oidema}, hinchazón + {gr, meros}, parte.
simplex: {lt, simplex, -icis}, simple, sin mezcla.
Lo de la "hinchazón", 'oidema', refiere a los machos que tienen los fémures posteriores engrosados como si fuesen futbolistas. Estos coleópteros son exclusivamente florícolas y se alimentan de néctar y polen. Son unos buenos polinizadores de las especies que frecuentan. La cabeza y el tórax son negros, mientras que los élitros presentan la parte superior y el borde interno de color pardo amarillento o ambarino.
A propósito de la correhuela, tan bella: es un problema en algunos invernaderos, porque se enreda en los cultivos y los estrangula. Es incluso capaz de asfixiar los cítricos, pero es una belleza en los taludes de los caminos y en los padrones. Un ejemplo de tenaz supervivencia.
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El escarabajo coracero |
Rhagonycha fulva es un cantárido vistoso, popularmente llamado coracero o sanjuanín fue descrito por primera vez por Giovanni Antonio Scopoli en 1763 en su libro Entomología carniolica con el nombre de Cantharis fulva. En efecto, pertenece a la misma familia que la famosa "cantárida" o "mosca española", que se comercializó durante siglos como un poderoso y peligroso afrodisíaco. Casanova lo usó para complacer a damas especialmente lúbricas o con furor uterino.
La cantaridina, en efecto, es un compuesto químico que se obtiene de un pariente del coracero, de Lytta vesicatoria, y se utiliza en medicina para tratar afecciones de la piel como el molusco contagioso y las verrugas. Su aplicación tópica crea ampollas que, al sanar, no dejan cicatrices.
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Linénido macho. Estas mariposas son atendidas por hormigas durante el invierno |
Estrenando alas y temores, las mariposas no te dejan acercar. "No busques mariposas, cuida tu jardín y ellas vendrán a ti", decía el poeta.
Por fin un sírfido, una de mis moscas favoritas, las que se disfrazan de avispas... Y se trata de uno no demasiado frecuente Melanostoma scalare, un hexápodo de pronoto brillante y abdomen a cuadros negros y amarillos, al que cazo sobre un rosal silvestre...
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Malanostoma scalare |
Se sabe poco de la biología de estos insectos, pero se cree que son depredadores de insectos más pequeños.
La Inteligencia artificial de Observation.org no ha podido identificar la identidad de este himenóptero (supra). No se puede descartar que sea una hormiga (un macho o una reina, una "olúa",o sea, una hormiga alada), o tal vez se trate de una avispa parasítica.
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Rosa canina con el sírfido en la corola de cinco pétalos |
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Araña sobre rosa canina |
Probablemente la octópoda es una Theridion, una araña de tela enmarañada (nunca mejor dicho), a esta familia de los terídidos pertenece la araña hawaiana de cara feliz, llamada así por su icono del abdomen. Cazan por el mundo 2.200 especies de terídidos, que se sepa. En lugar de una malla, estos artrópodos cazan con sus hilos pegajosos. A esta familia pertenece la famosa viuda negra.
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avispa icneumónida |
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Otra perspectiva del mismo sujeto |
Los icneumónidos, también llamados "avispas de Darwin", son una familia de himenópteros apócritos (de cintura estrecha, con el primer segmento del abdomen fusionado con el tórax), con una 24.000 especies. Charles Darwin consideró incompatible el ciclo de vida de estos insectos con la Teología natural de su tiempo, por la forma en que se alimentan del huésped. Resulta que la hembra pone los huevos en el interior, sobre o cercanos al huésped para que al emerger sus larvas se alimenten de él interior o externamente, matándolo únicamente cuando se encuentran preparadas para pupar. O sea, ¡que se alimentan del hospedante vivo!, ¡un horror! Estos hechos "naturales" resultan incompatibles con la idea de un Hacedor o Creador del mundo perfectamente bueno y moralmente justo.
No extrañe que Kant hablase de la Naturaleza como madrastra o que los gnósticos cristianos pensaran que era imposible que este mundo lo hubiese diseñado un Dios perfecto. Creían que era fruto de un demiurgo inferior... Véase la doctrina de Marción, el primer gran heresiarca cristiano. Marción distinguía el Dios verdadero, revelado por Jesús, de el demiurgo identificado con Yavé o Jehová, el dios chapucero, iracundo, déspota y vengativo del Antiguo Testamento.
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Abeja del género Andrena |
Contra Marción, diremos que los caminos del Gran Programador son inescrutables. Vayamos a cosas más hermosas y edificantes, como las laboriosas abejas. Las obreras melíferas tienen corbículas o cestas de polen, que son una especie de cavidad pulida rodeada de pelos rígidos donde la abeja compacta el polen, a menudo mezclado con néctar, para transportarlo de vuelta a la colmena. Muchas otras especies de abejas tienen una estructura similar llamada escopa, que es una densa masa de pelos ramificados, generalmente en las patas traseras o en la parte inferior del abdomen, donde el polen se adhiere.
Sé de una especie de abejas en la que el macho llena de perfumes exquisitos su corbícula para seducir a la hembra.
Me gusta sorprender a los escarabajos floreales haciendo más escarabajos en himeneos deslumbrantes... Estos diminutos de abajo son probablemente del género Meligethes:
Y volviendo a las avispas, las bracónidas son parientes de los icneumónidos, de la misma superfamilia (Ichneumonoidea), constituyen la segunda familia de los Hymenoptera en tamaño. Se han descrito 17.000 especies y se cree que pueden quedar hasta 50.000 por descubrir y describir. No pierdo la esperanza de fotografiar en la Loma una especie aún desconocida para la ciencia.
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Braconidae indeterminada |
Las avispas bracónidas son cosmopolitas. Las hembras, como la de las fotos de arriba, poseen largos ovopositores característicos para parasitar orugas ocultas bajo gruesas capas de tejido vegetal y hata de madera que atraviesan con ellos fácilmente.
Esperamos a la amada o al amigo como "a agua de mayo", que es agua de borrajas, aquí abajo la flor de Borago officinalis. Al contrario que el humán (... ad sidera tollere vultus) que alza la mirada hacia los astros, como dejó escrito Ovidio, sin que le apetezcan las estrellas ni las pueda manejar, la flor de la borraja mira siempre hacia el suelo. Platón describió al humán como el "animal remirado", el que mira hacia arriba.
Bonito azul el de la flor de la borraja, pero no alcanza la intensidad celestial de la Anchusa azurea, cuyo azul cerúleo casi hiere a la vista... Sus hojas jóvenes se pueden comer crudas, cocidas, en ensaladas, sopas y guisos. Está bien saber estas cosas por si vuelven los años obscuros, en los que vuelva a apreciarse lo necesario...
No dejan de tener su encanto los ovarios fecundados en forma de tulipas de las collejas (Silene vulgaris):
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Silene vulgaris, collejas |
Cerraré la entrada con el primer plano de un coracero (Rhagonycha fulva) sobre las flores de una cicuta, cuyo nombre científico me hace sonreír: Conium maculatum. Este año las cicutas lucen muy crecidas, se ve que le vinieron muy bien las aguas de marzo, con sus alcaloides venenosísimos ejecutaron a Sócrates en el 399 A. C, por corromper a la juventud ateniense sembrando en ella dudas.
Abajo, La Esperilla o Asperilla, vista desde el camino de San Bartolomé al Quejigal. Quedamos con los caminantes para una próxima cita allí, donde se come y bebe bien y se juega al dominó por las tardes.
Todas las fotos de esta entrada fueron tomadas por el autor el 16 de mayo de 2025, día de San Simon Stock, ermitaño que acabó ingresando en la orden del Carmelo, y de San Ubaldo de Gubbio.
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