domingo, 16 de mayo de 2021

PANDORA

 

Argynnis pandora, 17 de julio del 2018

Pandora fue la primera mujer, según la mitología griega, la Eva helena, el instrumento de una venganza de Zeus contra la raza humana. Este relato es aún más misógino y desconsiderado con el sexo femenino que el que hace nacer a Eva de la costilla de Adán en el Génesis bíblico. En una nota del primer capítulo de su libro La condicion humana (1958), Hannah Arend afirma que es muy característico de la diferencia entre la enseñanza de Jesús de Nazaret y la de san Pablo el hecho de que Jesús, al discutir la relación entre hombre y mujer, se refiere a Genesis, I. 27: «¿No habéis leído que al principio el Creador los hizo varón y hembra?» (Mt., XIX. 4), mientras que san Pablo en una ocasión similar insiste en que la mujer se creó "del hombre" y de ahí "para el hombre", si bien atenúa en cierto modo la diferencia: "ni la mujer sin el varón ni el varón sin la mujer".

De Pandora se cuenta por lo menos que Hefesto, por encargo de Zeus, modeló con arcilla a la mujer primera "a imagen de las diosas". Atenea la viste, las Gracias la enjoyan, las Horas la cubren de flores, Afrodita le regala su belleza y, por último, Hermes le confiere un ingenio maligno, una astucia especial para el mal.

Zeus insufla vida a la figura formada por el dios artesano y la envía como regalito al gigante Epimeteo, el hermano de Prometeo, del que quiere vengarse también por haber regalado el fuego a los hombres, a los que por lo visto no les va mal hasta entonces solos, sin mujeres. Prometeo le había prohibido a su hermano recibir ningún don de Zeus, recelando que fuese caballo de Troya, pero Epimeteo sucumbe a los encantos de Pandora, se enamora y se casa con ella.

Cuenta Hesíodo que Prometeo, amigo de los hombres, había capturado todos los males y los había encerrado en una vasija, pero que su cuñada Pandora, de curiosidad insaciable, la abrió y todos los males se esparcieron por la Tierra. Cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo cerró la tapa, pero sólo quedó dentro la esperanza, que con sus consejos falaces e ilusas fantasías nos impide el suicidio.

Otra versión cuenta que en realidad la caja de Pandora no contenía los males sino los bienes y que la curiosidad de Pandora abrió la caja antes de ser entregada a sus destinatarios los hombres, por lo que todos los bienes escaparon como pompas de jabón hacia el cielo, excepto la esperanza. Sorprende el contraste que ambos versiones ofrecen sobre esta virtud que el cristianismo tiene también por divina y teologal: la esperanza o confiada espera. En el primer caso la esperanza es una especie de fantasía ilusoria y engañosa; en el segundo, una excelencia moral.

Pirra, hija de Epimeteo y Pandora, tuvo con Deucalión una hija a la que puso también el nombre de Pandora en honor de la abuela.


Macho de Argynnis pandora. Visibles las líneas plateadas
de las androconias en las alas delanteras, dos en cada ala. 7 junio 2014.


Los entomólogos, seguramente por estética, han acostumbrado poner nombres bonitos a las mariposas: de diosas, heroínas, bellezones o héroes antiguos, y eso a pesar de que todas, en sus primeros estadios, fueron gusanos, aunque a veces estos también pueden presumir de diseños fabulosos y coloristas.

Pandora o, más rigurosa y científicamente, Argynnis pandora, es una mariposa grande, de las más hermosas que vuelan por Europa, tiene una hermana muy parecida, la especie A. paphia, llamada popularmente Nacarada, con la que se confunde fácilmente. Arginis es un sobrenombre de la diosa Afrodita (de Argos) y Pafia, diosa de Pafos, fue plañidera en la muerte de Adonis. Ambas especies pertenecen a la familia Nymphalidae, que lleva el nombre de las ninfas, deidades secundarias femeninas asociadas a "lugares amenos": arroyos, manantiales, arboledas, florestas...

Aquí tenemos al lepidóptero pandora libando en la flor compuesta de Mantisalca salmantica, la "hierba de las escobas" porque con ella se fabricaban las "escobas de rama", que siguen usándose en la actualidad en el ámbito rural del Santo Reino. Y es un macho. ¿Por qué lo sé?


Argynnis pandora macho libando en una compuesta de Mantisalca salmántica

Se llaman androconias las venas plateadas (V2 y V3) con escamas androconiales que exudan feromonas en las alas de los machos, para atraer a las hembras. Bien dibujadas en estas fotos. Además, las hembras son más grandes, tienen medio centímetro más de envergadura que los machos. Es curioso que sean los machos los que cuentan con perfume natural, cuando en los insectos suelen ser las feromonas femeninas las que atraen, a veces desde largas distancias en las falenas o mariposas nocturnas, a los machos. 

La pandora es de hábitos diurnos (ropalócera) y especie univoltina (una sola generación al año), que vuela desde finales de mayo hasta finales de septiembre. Le gusta descansar en el envés de las hojas de olmos y almeces.

Copulan en agosto, tras un complejo cortejo aéreo. La hembra deposita entre 1400 y 2000 huevos en la planta nutricia, principalmente violetas o en la vegetación próxima, durante una quincena aproximadamente. Antes del invierno, las orugas eclosionan e invernan. En primavera abandonan su refugio y buscan su planta nutricia principal, violetas o pensamientos silvestres.​ En la segunda mitad de la primavera forman crisálidas y a principios del verano emerge el adulto.


Reverso alar de Argynnis pandora,
verde oro y rojo cadmio con puntos negros, algunos con pseudopupilas blancas.
Fotografía cortesía de Blanca Gómez González.



Son potentes voladores, rápidas y nerviosas, y puede vérselas por encima de los árboles surcando el aire a toda velocidad.


Bonita ilustración de Argynnis paphia, su oruga y la planta hospedante (viola).
Como  puede verse falta el rojo cadmio que distingue a pandora.



No hay comentarios:

Publicar un comentario