MEGALODONTES

 

Megalodontes capitalanus, 4 mayo 2013.

El género Megalodontes pertenece a las llamadas "moscas portasierra" (sawflies, en inglés), mal llamadas así porque no son moscas de dos alas (Diptera) sino himenópteros de cuatro alas como puede verse en la foto de arriba, o sea "avispas portasierra". No tienen nada que ver con los megalodones, tiburones extintos hace millones de años. Para distinguirlas también de los moluscos fósiles Megalodontidae, la familia con unas cuarenta especies en tierras templadas de Eurasia ha acabado llamándose Megalodontesidae. Estas avispillas resisten vivas al contrario que los tiburones y moluscos extintos.

Las Megalodontes pertenecen al suborden Symphyta de los Hymenoptera. Son insectos primitivos en los que el primer segmento abdominal sigue directamente al tórax, mientras que en los grupos de avispas más evolucionados existe un estrangulamiento que separa las partes anteriores y posteriores del cuerpo (suborden Apocrita). Por lo tanto son avispas sin cintura y de aspecto compacto.

Megalodontes sp. 5 abril 2008 en una flor compuesta.
Abajo, cópula de moscas de alas maculadas.

En la foto de arriba, las mosquitas jollaman ("Chacun à son tour", llamé a la foto) mientras la extraña avispa Megalodontes capitalatus busca su alimento de néctar en una flor compuesta. En general prefiere más las flores amarillas de las ranunculáceas. Se trata de una avispa  con cabeza grande como indica su nombre específico (capitalatus, cabeza ancha), y con antenas pectinadas (en forma de peine), esta última característica permite distinguir a los himenópteros de la familia Megalodontesidae de aquellos de la familia Pamphiilidae con los que están estrechamente emparentados. Sus alas tienen un ligero tono anaranjado.

Estas avispas vuelan en primavera y portan un ovopositor con forma de sierra, de ahí el sobrenombre de "avispas portasierra", con este apéndice hacen cortes en las plantas donde depositan sus huevos. Las larvas se alimentan y desarrollan dentro de los tallos herbáceos.

Esta foto me sorprendió porque la tomé en la cubierta vegetal de la "camá" de un olivar de secano, en una zona no particularmente húmeda; y sin embargo esta avispas requieren ambientes húmedos. Por otra parte, me la requirió un entomólogo alemán, estudioso de esta extraña familia de insectos. Fue un honor poder servírsela.