Epidalea calamita, 15 septiembre 2019 |
CAVILACIONES DE SAPO
Durante una hermosa mañana de primavera, un sapo gordo se sintió emprendedor y decidió buscarle nuevos horizontes a su tediosa existencia más allá de la charca donde se ganaba la vida. Aunque era un "sapo corredor" (pues así llaman a esta especie), anduvo modoso para no llamar la atención, hasta topar con un arroyo.
Entonces se dispuso a brincarlo. Sin embargo, nuestro anfibio tendía por temperamento a la cavilación especulativa o a la especulación cavilosa… Él era un sapo reflexivo y miraba y remiraba con preocupación la corriente del regato, midiéndose las fuerzas. Por eso estuvo tres años pensándoselo, antes de dar el salto.
Sapo corredor inmaduro, 1 mayo 2011. |
Cuando ya se creyó preparado sacando fuerzas de flaquezas y haciendo de tripas corazón, dio el brinco que pudo, pero, en vez de pasar al otro lado, cayó en medio de la corriente, que le arrastró hasta depositarlo sobre una piedra.
Meditó allí sobre lo sucedido y se dijo:
- Eso ya lo sabía yo: las cosas hechas de prisa nunca salen bien.
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Este cayó por prisas en una piscina de La Loma |
(Todo esto me lo contó un pescador de truchas y cangrejos de Peñafiel mientras catábamos mosto de uva tempranillo con escaso aporte de merlot)
Renacuajo de sapo corredor (Epidalea calamita) |
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