| Xylocopa violacea macho, 7 septiembre 2025 | 
No siempre es fácil diferenciar el sexo de los insectos y detectar el dimorfismo sexual, que lo hay. En general, las hembras suelen ser mayores que los machos, al contrario que entre nosotros. En el caso de la Xylocopa violacea, la abeja carpintera, puede parecer difícil a primera vista ya que ambos sexos tienen un cuerpo grande, negro y peludo, con alas que reflejan tonos azules y violetas, de donde su nombre.
Sin embargo, en la abeja carpintera la diferencia de sexos es notable si observamos de cerca las antenas. El macho tiene una o varias manchas amarillas o anaranjadas o marrones en los últimos artejos (segmentos) de sus antenas. La hembra, por otro lado, tiene las antenas completamente negras.
| Abeja carpintera macho, libando en lantana | 
Por otra parte, aunque no es muy aparente, las hembras poseen aguijón y por lo tanto la capacidad de picar, aunque es muy difícil que la usen. Los machos carecen de él y su única defensa es un comportamiento territorial y un zumbido fuerte para ahuyentar a posibles depredadores. Aunque las hembras pueden picar si se sienten amenazadas o manipuladas, generalmente no son agresivas hacia los humanos.
En cuanto al comportamiento, el macho es más propenso a patrullar y volar de forma errática en un área en busca de hembras, a menudo mostrando un comportamiento territorial. La hembra, por su parte, se enfoca en la obtención de alimento y en la búsqueda de madera muerta o blanda para horadar y construir su nido.
Aunque no es una regla estricta, en algunas fuentes se menciona que las hembras tienden a ser un poco más grandes que los machos, con una envergadura alar ligeramente mayor. Sin embargo, la diferencia en las antenas es mucho más confiable para la identificación.
 
 
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