Rhamnus alaternus en flor, 2 de abril del 2021 |
Rhamnus alaternus
Sé tú como el ALADIERNO: su forma es tremendamente variable, puede vivir como arbusto achaparrado de ramas retorcidas y tortuosas, o convertirse en arbolillo elegante con brazos largos y rectos, y aún medra como matilla humilde pegada a la roca.
Sus mismas hojas alternas, lampiñas, coriáceas y lustrosas, pueden mutar de tamaño y forma: lanceoladas, ovadas o elípticas, con margen entero o dentado. Y las flores, masculinas o femeninas, nacen de plantas diferentes, con cinco o cuatro sépalos. Hasta el fruto cambia de color, del rojo al negro, con tres huesecillos y poca carne. Y puede usarse con precaución como laxante.
Pues es de aquí, de los Cerros de Úbeda, sería razonable y barato que lo usáramos como seto o arbolillo de jardín en lugar de importar especies exóticas que a veces portan bichos extraños y peligrosos, como el narigudo (un gorgojo asesino) que le ha mustiado a mi madre su palmera del alma. El florecido es de abril, el de los frutos, aún inmaduros, de mayo. Loma de Úbeda.
Rhamnus alaternus conocido popularmente como aladierna, aladierno, alaterno, chaparro mesto o sanguino, es un pequeño árbol o matorral dioico de hoja perenne, dura y de envés lustroso. Su pariente R. oleoides, espino negro, es el más escaso de las cuatro especies que se dan en el olivar del Santo Reino. Las otras dos son Rh. lycioides, también llamado espino negro, y Rh. myrtifolius (carrasquilla).
Aladierno con fruto, 3 de junio del 2018. |
En las alturas de las sierras de Cazorla y Segura, normalmente a partir de los 1.300 metros según Rufino Nieto*, se encuentran Rh. alpinus, Rh. saxatilis y Rh. pumilus, ninguna de estas tres especies medran en olivares.
Nota
(*) Rufino Nieto Ojeda. Plantas del olivar giennese y su entorno, editado en Cazorla e impreso en Gráficas La Paz de Torredonjimeno, 2020.
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