4 de junio 2009 |
Anacridium aegyptium
La langosta egipcia adulta
parece un pájaro chico
cuando vuela, si se asusta.
El macho es más pequeño
mas compensa con mucho empeño.
Cópula de langostas egipcias. Dimorfismo sexual. |
Suelen ser verdes las ninfas.
Gris, marrón y verde oliva
las madres y padres combinan,
antenas cortas y robustas
Y las tibias azulonas.
Pero lo más fascinante,
las rayas de sus saltones ojos
Y el listado d'oro d'el pronoto
anaranjado en el dorso
con puntos de luz d'adorno.
Alas claras con oscuras marcas
las de abajo que no son cáscaras.
Esta ninfa, a falta de pata, saltará con los paralímpicos |
Inofensiva para los cultivos,
ama las hojas que come tiernas.
"Cigarrón" le llaman, pero es Acrídido,
gran saltamontes casero
y Ortóptero jardinero.
Inverna ya madura y entierra
en primavera sus huevos
abrileñas son sus ninfas,
saltoncillos al aire por docenas.
Una vez, a mi buena amiga,
cayóle por escote travieso
este bichejo singular.
Ella se puso a gritar;
dentro, el animal impúdico.
Hube de maniobrar
alcancé langosta al tacto
saquela de aquel canasto,
la espachurré contra el suelo
privándola de aquel cielo.
Respiró mi amiga con esto
y, agradecida, me dio un beso.
Jeta de la langosta egipcia, 1 abril 2011 |
Aristóteles las comía
No sé si a la plancha o fritas,
Igual que mi perra Nela,
¡tampoco le daban pena!
cuando yo se las cazaba.
También los devoraba grata,
aunque arrebatada por el celo,
burlaba nuestra cadena,
gatos o langostas no la distrían
buscando macho en la era
allá lejos, bien lejos.
Hembra adulta sobre una mata florecida de espárragos silvestres, 14 agosto 2021 |
Detalle del ginopigio (órgano sexual femenino) de la langosta de arriba |
INVIERNO DE EGIPCIACA
Frío invernal. Umbrías escarchadas. Sola pero entera, salta por la ventana, aprovecha el orear matutino de las sábanas y busca la tibieza que dejaron los cuerpos, de los animales de sangre caliente. Ronda los verdes entornos humanos, pero es de sangre fría. Se aletarga.
"¡No es tu sitio!", le digo, aunque nada más acercarme, ¡muy lista la egipciaca!, previene mi intención, salta asustada y vuela como un pájaro a la fuente. Alcanza el espejo.
¡Eso la perdió! Vio a una amiga en su dibujo inverso y ya no se movió, creyendo admirar como Narciso: al gran amigo en el cristal.
Espejo y sombra es el verdadero amigo. Espejo en el que nos miramos, nos queremos y nos corregimos. Sombra que nunca se aleja demasiado.
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