No te das cuenta de su existencia hasta que uno se te mete en el ojo. Suele suceder al principio de la primavera. Y es que andan desquiciados buscando flores en las que alimentarse de polen y donde copular. Son los mordélidos (Mordellidae), pequeños escarabajos de entre dos y quince milímetros.
Se calcula que existen más de 100 géneros y más de 1.700 especies de mordélidos distribuidos por todo el mundo. Son polífagos, aunque les encantan las umbelíferas. Contribuyen a la polinización y las larvas descomponen materia orgánica y reciclan nutrientes porque se alimentan de materia muerta. De modo que, a pesar de su tamaño, producen un importante impacto positivo en los ecosistemas y biomas en que medran.
Son alargados y negros con manchas blancas y dibujos simétricos en los élitros. A veces, con manchas marrones, de color crema o rojizas. El cuerpo encorvado acaba en una especie de cono, el abdomen sobresale por debajo de los élitros. No suelen asustarse, pero si se sienten amenazados realizan saltos acrobáticos, gracias a sus potentes patas traseras, de ahí su nombre inglés tumbling flower beetles, algo así como "escarabajos de flores, que caen".
En la foto puede apreciarse el enorme y complejo pene (edeago) del macho, que por otra parte es de un tamaño parecido a la hembra |
También se les ha llamado "escarabajos de cola de alfiler" (pintail beetles). Su nombre puede que tenga que ver con su aspecto o sus costumbres, viene del latin 'mordere', morder o picotear, tal vez por la forma arqueada y afilada de su cuerpo, acabado en pico o por su estilo de alimentación.
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